domingo, 17 de abril de 2011

Los Hijos de Adán, 4to lugar en ventas

Comparto con mis amigos la buena noticia de que mi libro de cuentos Los hijos de Adán, en su reciente segunda edición por la Ed. Emooby (febrero de 2011) ocupa hoy el 4to. lugar en ventas en el portal de libros electrónicos de España.

Me alegra que sin ser literatura comercial llegue a muchos lectores.

Gracias a todos.

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miércoles, 30 de marzo de 2011

Decálogo



Decálogo de la ficción contemporánea o trucos para hacerse millonario


1. Ten presente que para ser millonario se requiere algo más que talento y técnica. Escribirás relatos como quien sintetiza novelas o quijotiza sanchos; y novelas como quien engorda o sanchifica quijotes. A una novela puede salvarla la suma, a un cuento solo la resta o la refinanciación inteligente.


2. Para narrar bien es importante que seas capaz de llevar la cuenta sin perder la pista a los números que suman y a los que restan (¿sencillo?). Al narrar calcula que el lector quiere enterarse de los secretos que ocultan los personajes, para no frustrarlo le informarás, pero sin hipotecar hasta la casa de sus abuelos, o dejará de resultar interesante.


3. Entre el hipérbaton, la elipsis y la reticencia juega a la matemática. Eso sí, no olvides que la literatura es arte desde que el hombre creó la primera palabra como reflejo fantástico de su realidad. No te extrañe, por entonces no había ni un solo millonario.


4. Cuenta cosas reales que resulten fantásticas y fantásticas que parezcan reales. Puedes hacer saltos temporales, espaciales, de punto de vista y de nivel de realidad, nunca-jamás de trapecista, salvo que lo seas, en cuyo caso ya tendrás asumido que jamás llegarás a millonario.


5. Empieza bien, continúa mejor, desgarra y desuella, no termines hasta que llegues al hueso y hayas hecho un cuchillo con él. Optativamente puedes usarlo como arma asesina. ¡Cuidado!, a la tentación suicida deben muchos artistas su fama y la miseria de sus familias.


6. Un héroe con gafas, feo, narizudo, flojillo, traicionero y desleal resulta más atractivo para el lector. Si no me crees mírate al espejo.


7. No es lo mismo historia que trama que argumento. Sin embargo en una buena ficción resultan algo así como la Santísima Trinidad y los tres deben intentar resolver un mismo conflicto: ¿ser o no ser, millonario…?


8. Tú mismo puedes resultar el narrador pero ya no sería tú mismo. Puedes elegir a otro y nombrarlo narrador, pero tendrá que ser un poco tú mismo. No se vale clonarse, entre otras cosas porque resulta carísimo. De hecho solo se lo pueden permitir un par de súper millonarios.


9. Si vas a escribir sobre profesores, busca la escuela más cercana y mánchate de tiza y palabrotas; si quieres escribir sobre bomberos puede que te chamusques; y si el tema que te interesa son los millonarios ten en cuenta que hace cinco siglos no se convocan nuevas oposiciones.


10. Si pretendes escribir superventas para hacerte millonario, olvida la mitad de estos mandamientos (50%) y echa mano de tópicos viejos como el thriller, el policial, la novela rosa; o nuevos, como reinventarte en cualquier reality de telebasura. Cuando pasen cinco siglos nadie recordará lo que hayas escrito pero puede que tus tataranietos consigan aprobar las oposiciones para millonarios.


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jueves, 3 de marzo de 2011

Claves Narrativas del Cuento y la Novela (seminario taller)



Título: Claves narrativas del cuento y la novela (seminario taller)


Introducción
Julio Cortázar escribió novelas y cuentos, sin embargo supo dominar ambos géneros narrativos y advirtió: “En el cuento, el escritor gana por knock- aut; en la novela, por puntos”. Aunque algunos lectores crean que la extensión resulta la diferencia más visible entre el cuento y la novela, ya que si esta es una narración eminentemente extensiva, aquel es un relato esencialmente intensivo, hay muchas más diferencias entre un cuento y una novela. El novelista puede desviarse de la acción y de sus protagonistas incluso por varios capítulos, lo cual en un cuento sería fatal. En la novela puede haber tantos personajes y tramas como desee o pueda manejar su autor, mientras que en el cuento debe hacerse una síntesis de personajes y situaciones que a la novela enriquecerían sin afectar su desarrollo. En el primero el tema determina el despliegue de la acción, mientras que en la segunda son los personajes quienes exigen una acción más prolongada o un paso efímero por la obra.
La novela se construye sobre la base de diferentes personajes, puntos de vista, tiempos, espacios, acciones, como un abanico que pretende múltiples revelaciones y sugerencias; el cuento se construye seleccionando, condensando, sea los personajes, los puntos de vista, el tiempo, el espacio, la acción, para provocar un efecto único y premeditado en el lector. Las ideas secundarias, aquello que no contribuya al desarrollo, a la tensión del conflicto, son prescindibles en un cuento, en oposición de lo que sucede con una novela. Y es que este requiere de unidad de asunto, a diferencia de la novela. Si aquella es una narración que usa la acumulación de puntos de vista, espacios, personajes, etcétera; el cuento, por el contrario, exige la selección de lo narrado para lograr un efecto preciso.
En este curso analizaremos las diferencias entre el cuento y la novela, ahondaremos en la evolución de la narrativa hasta la actualidad, practicaremos ejercicios de escritura y presentaremos técnicas útiles para la planificación y la escritura adecuada de relatos y novelas.


Objetivo
Desarrollar habilidades para la elaboración de cuentos y novelas, según las técnicas narrativas contemporáneas.

Programa
(12 temas)
1. El cuento y la novela, encrucijadas de género.
2. Evolución de la narrativa. De lo explícito a lo elíptico y lo reticente.
3. Veracidad y fantasía. Los contextos narrativos.
4. Anzuelos y guiños al lector. Títulos, comienzos y finales.
5. Documentación para escribir. Creación de ambientes y escenarios narrativos.
6. El diseño de personajes. Los héroes, los antihéroes y los peligrosos estereotipos.
7. Historia y trama. El esquema argumental.
8. Planificación. Los ritmos narrativos. Escena y resumen.
9. El tono y el tema. Sobre la coherencia textual.
10. El lector ideal y la creación de bestsellers.
11. Quién cuenta. El punto de vista y sus sutilezas.
12. Las mudas espaciales, temporales, de punto de vista y de nivel de realidad.


Lugar FACULTAD DE LETRAS. CIUDAD REAL. Universidad de Castilla La Mancha

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Marzo-mayo 2011
Trabajo práctico de taller.
12 sesiones de trabajo: lunes y miércoles de 17 a 19 horas.
2 créditos de libre configuración y de actividades: 24 euros.

Dirigido a estudiantes y profesores de la Facultad de Letras y de otros centros de la UCLM.
Grupo limitado a 15 estudiantes (grupo mínimo 5 estudiantes).
Días 9, 16, 21, 23, 28, 30 marzo – 4, 11, 13, 27 abril – 2, 11 mayo.

ADMISIÓN LIMITADA: Mediante un correo electrónico o carta de solicitud al coordinador con los datos personales, que incluya una breve carta de motivaciones personales y experiencia previa para participar en el taller antes del día 8 de marzo.

Coordinación e información: Matías Barchino (matias.barchino@uclm.es)

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Profesor

LUIS RAFAEL: Narrador y ensayista. Dirigió la revista literaria Jácara (1995-2005). Ha publicado una veintena de libros, entre los más recientes: Los hijos de Adán (cuento, 2002), Colómbico (poesía, 2003), Eliseo Diego: donde la demasiada luz (ensayo, 2004), Mulato (novela para jóvenes, 2006; Premio Nacional “La Rosa Blanca” de Mejor Texto para niños y jóvenes publicado en Cuba en 2007), El dueño de los caballitos (cuento, 2007), Cartas al hijo (poesía, 2008), Liz desea (novela, 2009), Cuentos y Leyendas del Caribe (relatos, Ed. Anaya, Madrid, 2010).
Compiló y publicó diversas antologías de literatura hispanoamericana. Ha visitado una veintena de países e impartido cursos y conferencias sobre literatura en universidades y centros culturales de Cuba y el extranjero. Se desempeñó como jurado de disímiles concursos literarios internacionales. Ha participado en varias ferias del libro y festivales internacionales de poesía. Sus textos han sido publicados en revistas y periódicos de Cuba, México, Uruguay, Venezuela, Paraguay, Colombia, Argentina, España, Holanda, EE.UU., Inglaterra, Grecia, Portugal, Italia, Alemania, Brasil, Rusia, Francia, Siria, Irak, Egipto y China. Poemas, artículos y otras obras suyas han sido traducidos al inglés, al francés, al holandés, al ruso, al portugués, al alemán, al griego, al italiano, al chino, al armenio, al árabe.
Es Doctor en Filología Hispanoamericana por la Universidad Complutense de Madrid; Máster en Didáctica; y Máster en Estudios Literarios. Es Profesor Adjunto de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana y profesor colaborador de la Universidad Complutense de Madrid. Además del Premio de la Crítica Literaria “La Rosa Blanca” 2007, obtuvo en 1990 el Premio Nacional de Cuento y en 1996 el Premio Nacional de Ensayo “Eliseo Diego”.
Fundó las editoriales CubaLiteraria y Ediciones CUBARTE. Es Miembro de la Asociación Internacional de Hispanistas (AIH), de la Association pour le Développement des Études Hispaniques y de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA), Vicepresidente de la Asociación Cultural “Palabras Libres” y miembro del Comité Editorial de la revista bilingüe español-inglés Hipertexto, del Departamento de Lenguas y Literatura Modernas de la Universidad de Texas-Pan American.
Escribió programas dramatizados y culturales para la radio y la televisión de Cuba. Colabora con diversos medios de prensa y como editor literario, y ejerce la docencia en institutos de formación literaria de Madrid como Fuentetaja y Hotel Kafka. Desde 2004 trabaja para el Instituto Cervantes como columnista de la sección Rinconete.

Datos en Internet: http://luisrafaelcu.blogspot.com/
http://es.wikipedia.org/wiki/Luis_Rafael_Hern%C3%A1ndez

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miércoles, 9 de febrero de 2011

Nuevas ediciones en formato electrónico

La editorial portuguesa Emooby acaba de editar y poner a la venta en internet dos álbumes ilustrados para niños a partir de mis cuentos El Pirata Pata de Palo y El Señor Bufanda. (Spanish Edition) [Kindle Edition].
En Amazon, El Señor Bufanda:

http://www.amazon.com/El-Se%C3%B1or-Bufanda-Spanish-ebook/dp/B004M18ZLO/ref=sr_1_18?ie=UTF8&qid=1297236264&sr=8-18


En Amazon, El Pirata Pata de Palo:
http://www.amazon.com/capit%C3%A1n-Pata-Palo-Spanish-ebook/dp/B004M18ZL4/ref=sr_1_20?i ...e=UTF8&qid=1297236294&sr=8-20

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La editorial portuguesa Emooby acaba de editar y poner a la venta en internet la segunda edición de mi libro de cuentos Los hijos de Adán (Spanish Edition) [Kindle Edition].
Disponible ya en Amazon:

http://www.amazon.com/Los-Hijos-Ad%C3%A1n-Spanish-ebook/dp/B004M18ZNC/ref=sr_1_21?ie=UTF8&qid=1297236294&sr=8-21

jueves, 6 de enero de 2011

Ensayo sobre la novela Mulato

"Mulato o la virtud de romper los esquemas"

Por Amir Valle
Cultura Más


La trayectoria ficcionada de la noveleta Mulato, del narrador, poeta y ensayista cubano Luis Rafael es larga y ontológica y no se parece en nada a mucha de la cáscara que se escribe y publica en Cuba (y fuera de Cuba por autores cubanos) bajo el rótulo de “literatura infantil”. Tiene más de aquellas obras esenciales de nuestras letras para niños que escribieran Onelio Jorge Cardoso, Dora Alonso, Julia Calzadilla o Nersys Felipe, sólo por citar a algunos de los más conocidos: hay en cada una de sus páginas el sello de la trascendencia.

El primer detalle que da fe de que se trata de un buen libro está al inicio mismo: un prólogo de la narradora cubana Aida Bahr. Quienes la conocen saben que no es una intelectual que regala elogios (muchos temen, incluso, sus juicios usualmente muy severos pero casi siempre justos) y, sin embargo, en ese prólogo la narradora santiaguera habla de calidad de la escritura, interés despertado por el argumento, y define como el más grande valor del libro su interesante y equilibrado buceo en una parte de nuestra historia: las guerras de independencia contra el dominio colonial de España a fines del siglo XIX.

Hay todos esos valores en esta obra, sin dudas, pero no fue ello lo que me llamó la atención cuando leí las 108 páginas de este libro (que son muchas menos debido al pequeño formato ya usual en las ediciones de Gente Nueva). Aquí me detengo. La referencia exacta al número de páginas se debe a una especial circunstancia: abunda el criterio, dentro del género, de la necesidad del discurso breve a la hora de elaborar la narrativa para niños. Eso ha provocado una real epidemia de obras cojas (no me gusta aquí el término de menores, ya que bien se sabe incluso de estas obras se alimenta la literatura de un país y algunos libros de este género en Cuba ni siquiera merecen esa clasificación de “menores”), debido a argumentos truncos, a personajes que no desarrollan en lo más mínimo sus historias y sus sicologías, y a una simplicidad del discurso narrativo que suele presentarse en las notas de edición como “limpieza de la prosa” cuando es simplemente pobreza de lenguaje.

El primer valor, entonces, de Mulato es ese: logra en brevísimas páginas conformar una historia sólida, un personaje inolvidable, todo ello mediante una prosa excelentemente distribuida entre lo florido (cuando es necesario “pintar” el ambiente e, incluso, poetizar la trama) y lo directo (allí donde es necesario dar al nivel accional del argumento un peso destacado: véase el capítulo “La batalla”, por ejemplo), matizados ambos por una serie de ondulaciones, retraimientos y expansiones del lenguaje en dos ámbitos que resultan muy necesarios para la configuración de la atmósfera y los escenarios ficcionados: la descripción de los escenarios naturales donde ocurre la historia y la narración episódica del crecimiento ético y físico de Mulato. Llama también la atención el muy justo empleo del diálogo, en todos los casos con las expresiones necesarias para enriquecer el desarrollo de los personajes y dar movimiento a las anécdotas contadas.

Antes que Mulato, dos obras dieron pasos esenciales dentro del terreno de la historia como eje de una narración infantil en Cuba: Antonio, el pequeño mambí, de Luis Cabrera Delgado (Gente Nueva, 1985) y El oro de la edad, de Ariel Ribeaux (Unión, 1999); el primero, por el intento de novelar la infancia del que sería uno de nuestros grandes héroes mambises, el general Antonio Maceo; y el segundo por la exquisita revisitación de la obra esencial para niños de José Martí (la revista La Edad de Oro) en los tiempos actuales y en un escenario marcado por los grandes traumas de la marginalidad social cubana de hoy. Fueron obras diferentes dentro del amplio escenario de las letras cubanas escritas para niños y jóvenes. El segundo valor que encuentro a Mulato anda por esos caminos de la diferenciación: el protagonista de esta historia no sólo transita en crecimiento enriquecedor su propia vida, ambientada en la dura condición de niño que crece en medio del avatar de una guerra terrible y rodeado por verdaderas bestias de la guerra (esas bestias en que se convierte el ser humano en condiciones extremas, que no son todas de un mismo tipo, ni andan en los buenos caminos), sino que nos conduce a un más allá definitorio de un concepto esencial para la formación de nuestra esencia (y la repetición es a propósito) como país: la formación del orgullo de ser “mulato”. Y se trata de una definición similar a aquella que, según la historia, vivieron los primeros cubanos cuando descubrieron que ya no eran españoles y que el único término que los definía correctamente era “criollos”. Las consecuencias para la historia nacional de aquel descubrimiento hoy se conocen: se le debe, sobre todo, ese espíritu de independencia que siempre ha tenido el cubano. Pero la asunción de su carácter de mulato por el protagonista no definirá únicamente su lucha por establecer sus valores y sus sueños dentro del contexto narrado (fenómeno que ciertamente ocurrió en el seno de las tropas independentistas, lo que trasmite más valor a esta obra de Luis Rafael, al abordar un asunto antes no tratado): también esta noveleta, gracias a la conciencia que el protagonista toma respecto a su condición de mulato se adentra en otro de los difíciles recovecos de aquellos tiempos: el protagonismo racial del negro en nuestras guerras de independencia (recuérdese que fue ese protagonismo, y su olvido por parte de las autoridades que pactaron con los ocupantes norteamericanos, uno de los eslabones principales para el estallido del más bochornoso suceso racial de la historia cubana hasta hoy: la Guerrita de 1912, acción de limpieza racial mediante el exterminio de negros rebeldes, como aseguran muchos historiadores).

Pero el mayor valor de este libro demuestra que cuando se quiere lograr la excelencia hay que romper los esquemas y Luis Rafael se lanza contra dos de los más sólidos esquemas de la educación y de la literatura infantil cubanas de los últimos cincuenta años: por un lado, la simplificación y marmorización de la historia que han propuesto y establecido todos los programas de educación en la isla, y por el otro lado, la concepción de que el horror, la muerte y las bajas pasiones humanas no deben ser tema para la literatura infantil.

Mulato es una noveleta dramáticamente compleja en todos sus sentidos. En ella la guerra se presenta con toda su crudeza, con sus muertes (nótese que el mismo niño comienza la novela perdiendo a sus padres en la inundación por un huracán), con la sangre y la perversión humana que habita siempre cualquier contienda bélica, con la multiplicidad de intereses enfrentados en ese escenario, con los privilegios ganados mediante el engaño, con el robo, la extorsión y el abuso de poder que ensucia los verdaderos valores de la lucha por la libertad, con la fauna humana múltiple con la que se lleva adelante una guerra (que no está compuesta sólo de héroes, sino también de cobardes, de traidores, de miserables que se agarran de unos supuestos ideales en los que no creen porque eso les da poder, dinero y posición social), y por supuesto, con todas las luces humanas que también destellan en esos ámbitos. Todo lo anterior, todos esos defectos, todas esas bajezas humanas, todas esas miserias existenciales las vive el protagonista dentro de las filas independentistas mambisas, es decir, en el lado de los “buenos”. Esa visión nunca antes había estado en una obra literaria cubana dirigida a los niños, y me atrevo a decir que, incluso, tampoco abunda en las escasas novelas sobre aquellas guerras escritas por cubanos, quizás debido a cierta idealización que existe en el imaginario popular sobre nuestros “heroicos mambises”.

No vemos en Mulato esa historia de héroes de mármol, esa historia donde nuestros caudillos independentistas ni siquiera discutían entre ellos, esa historia sólo llena de luces que los cubanos hemos recibido durante décadas como la única versión, propiciando que luego nos sintamos engañados cuando descubramos, en la obra de historiadores serios, profundos, los verdaderos matices de nuestra historia nacional, convulsa y compleja como es realmente toda historia.

Pero también en esta noveleta para niños está la muerte, el dolor, el engaño, la traición, en fin, la vida real que debió latir junto a aquellos cubanos que se lanzaron a la manigua en contra del coloniaje español, con las mismas luces y sombras, con los mismos matices de complejidad, crudeza y dureza con la que la vida nos ataca día a día. Es un libro crudo que no esconde, como aconsejan algunos teóricos, nada a ese lector que, dicen, no debería recibir a edad tan temprana una información tan dura y funesta. Leyendo a Luis Rafael y a su Mulato recordé una frase de mi abuelo español, una frase que él me contaba se la decía mucho su abuela: “la miseria obliga a soñar”. Y debe ser así, porque en medio de esa átmosfera cargada de problemas humanos tan profundos, el sueño y la esperanza del protagonista (y de todos los que cohabitan con él dentro del espacio del bien) es un hálito que flota sobre cada una de las páginas. El lector, sea cual sea su edad, saldrá de esta lectura con un verdadero conocimiento de cómo fue aquella época, muy al interior de nuestras tropas libertadoras, y pese a todo lo vivido por el protagonista, saldrá con ese olor a confianza en el ser humano, en el ser cubano (“no permitimos que nuestra bandera sumara una estrella más en la bandera de la unión del Norte”) y en el valor de la memoria (“Tú mismo, que leerás mi narración desde el futuro, en tu tiempo participarás de la Historia. Y puede que hasta te atrevas, como yo, a contar algún episodio interesante, cuando pasen los años y no puedas resistir el revoloteo de los recuerdos dentro de la cabeza).

Mulato, en fin, con una buena escritura y un ritmo in crescendo que deja deseos de saber sobre el futuro del protagonista, abre una puerta íntima hacia una mejor comprensión de una parte de nuestra historia patria y hacia la clarificación de algunos caminos históricos que propiciaron que los cubanos hoy seamos como somos. Eso es trascendente.



Revista de información cultural Cultura Más, enero 3, 2011. Url: http://www.culturamas.es/blog/2011/01/03/mulato-o-la-virtud-de-romper-los-esquemas

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Reseña de Virgilio López Lemus sobre el poema-libro Colómbico

“Luis Rafael inventa a Cristóbal Colón”
(reseña de Colómbico)

Por Virgilio López Lemus


Si imitáramos un partido de fútbol, de inmediato todos ahora mismo gritaríamos: Liiiiiiiiibroooooooo, porque a eso equivale Colómbico, de Luis Rafael, a un buen gol en materia libresca, a un extraordinario poema, diz que novelado, que quizás implante un récord de longitud entre los poemas cubanos, arrebatándole el lauro al ínclito Samuel Feijóo de Faz. Todo un logro este raro texto de nuestro amigo.

Todo un logro por diversas razones. Luis Rafael no se suma al realismo imaginativo que ha hecho de Colón una personalidad histórica a la que le sirve cualquier sayo, sino que deriva de él, y de su saga, lo más poético de su vida y laboreo epopéyicos. Luis Rafael logró de entrada hallar en las arduas biografías del Descubridor lo que de poético tiene una vida célebre. No hay vida sin poesía. La poesía es inherente al estadio de la especie humana transitando sobre el planeta, y la acompañará de modos diversos en su epopeya cósmica. Llegará a haber poesía en Marte, fuera del sistema solar y en el espacio interestelar, por dondequiera que surque una nave terrícola. Cristóbal Colón le ensanchó a la cultura occidental el marco de referencias de su vasta y rica creación poética, heredera de Babilonia y Egipto, de Grecia y Roma. Proponiéndose otras cosas, económicas por cierto, el Descubridor halló que de esta parte del mundo había también poesía viva, entre el “buen salvaje” que habitaba las islas maravillosas y, sobre todo, entre los civilizados inca, maya y azteca, que ya la tenían incluso como tal, como expresión del alma humana, del individuo y de colectividades.

Colómbico nos trae el aura casi de monólogo, a veces exteriorizado y a veces interior, de una de las personalidades decisivas de los últimos siglos en la historia de la humanidad. Luis Rafael lo hace de manera múltiple: narrando, con cuentos que incluyen ricas anécdotas, pasajes biográficos ciertos y atribuidos; además, le atribuye imaginativamente a Colón frases extraordinarias, inteligentes, poéticas; contextualiza y extrapola en el tiempo, para lo que usa paradojas y anacronismos muy poéticos; goza con la intertextualidad, como aquella puramente literaria más que anacrónica de citar fragmentos de obras de poetas diversos sin comillas o evocar obras literarias famosas, que ofrecen una simpática chispa de humor.

Cuando uno va alcanzando la mitad del libro, o sobrepasándola, siente una fatiga inevitable, la de la larga carrera versal mayoritariamente de arte menor, fatiga que es la del corredor de fondo, que entraña grados diversos de placer. Colómbico no es una lectura de una sentada, no pueden serlo 165 páginas a dos columnas. Tiene momentos más altos y otros estancados, lo cual puede decirse incluso del Quijote, pero hay instantes brillantes que uno agradece, siempre en el plano del intelecto, porque este es un poema para la intelección, no está construido con materiales emotivo-sensoriales, sino con pensamiento firme, planificación evidente de la obra que, sin embargo, fluye con espontaneidad. Los juegos constantes de palabras, conceptos, ideas y anécdotas son los impulsores principales de la lectura, más que la trama misma. Uno se acostumbra a buscar la sorpresa lexical, y ese es uno de los méritos fundamentales de Colómbico.

Luis Rafael se sitúa en el panorama de la lírica cubana de hoy, con un texto insólito, novedoso, singular. Ya es buen récord el suyo. Pidió como acompañantes unos dibujos del magistral José Luis Fariñas, poeta en líneas y palabras, quien también ilustra de manera muy complicada la fina cubierta. Tuvo, para suerte de estrellato, una editora brillante, como lo es Mayra Hernández, y un formato muy bien avenido con el texto.

Si algo sé de poesía, y creo saber “un tantico así”, estamos ante un libro notable que no podrá ser ninguneado en el futuro recuento de la literatura cubana. El antiarte de ningunear, tan común entre cubanos, no puede mucho contra las obras bien hechas, y Luis Rafael ha hecho bien la suya. Vengan los detractores de ocasión, los limpiabotas del arte, profanadores de versos, momias del criterio o zoilos del disparate; vengan a decir, por lo bajo, que este poema es muy largo o que aquí peca y allá empaca. Todo ello lo resistirá este libro, incluso sus propios posibles defectos. El arte de la palabra es resistente cuando el autor, talento por medio, se prepara con hondura, pasión y alegría creativas.

Así pues, el entusiasmo saluda a este poema, a esta novela o poema novelado. Yo me apresuro a poner con los más, con los césares críticos, mi dedo pulgar hacia arriba.




(Hotel Inglaterra, La Habana, 9 de julio de 2003; palabras de presentación del libro.)

Reseña de Enrique Pérez Díaz sobre El detective Perrín

“Detective a la fuerza”
(reseña)

Por Enrique Pérez Díaz.
Cubaliteraria, 2004

La Editorial Gente Nueva, en su colección de libros pequeños, acaba de publicar el volumen El detective Perrín acude al llamado, del joven autor Luis Rafael, quien con audacia y humor explora en los a veces inciertos caminos de la literatura policial para las primeras edades. De los ocho cuentos –El trágico suceso, El pastel de guayabas, Cumpleaños de Cotico, El robo de la correspondencia, El extraño caso, El misterioso robo, El fantasma y El Detective Perrín acude al llamado, que titula el volumen ilustrado por Rosa Salgado y con edición de Norma Padilla– varios de ellos habían sido publicados hace unos años por la editorial Capitán San Luis en su colección Minimisterios y ya habían tenido gran aceptación entre la pequeña grey. Perrín –un pequeño perro detective, que unas veces accidentalmente y otras requerido por los atribulados animalitos, llega a la escena del "crimen"– se capta desde el primer momento la atención de los lectores, no sólo por lo ingenuo y casi coloquial de su trazado literario, sino por el modo natural y expedito en que consigue desentrañar las aparentemente complicadas tramas de cada caso, que van desde el casi "trágico" robo de un pastel de cumpleaños, la pérdida de un pequeño cotorrito muy curioso, hasta la aparición de un "terrible fantasma" que aterroriza a la apacible localidad campestre donde se desarrollan estas aventuras. Pese a la sencillez de las historias, el autor consigue una digna caracterización de personajes como el gato, la chiva, Cotico, su primo el cotorrito gordo y el propio detective Perrín, quien, a guisa de un Sherlock Holmes del mundo infantil, eternamente consigue dar un adecuado punto final a simpáticos misterios que parecían insolubles. Luis Rafael sigue una tradición animista iniciada hace unas dos décadas por Julia Calzadilla Núñez con su libro La increíbles andanzas de Chirri, donde ya se contaban las aventuras de un duende, un sinsonte y una hormiga en pos de los misterios más cotidianos como perturbadores de su universo naive. Esperemos que el estímulo de ver esta selección de cuentos de su primer detective profesional, que tanto promete gustar a los pequeños, hagan al autor motivarse y escribir nuevas aventuras de Perrín, en las que explore por misterios más perturbadores, escenarios más peligrosos y quizás al encontrarse con una perrita investigadora como él, hasta consiga adentrarse en el siempre prometedor y misterioso mundo del amor...