viernes, 18 de septiembre de 2009

Rinconete sobre Ronaldo Menéndez

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Viernes, 4 de septiembre de 2009



Ronaldo Menéndez, entre monstruos y obsesiones

Por Luis Rafael

Ronaldo Menéndez (La Habana, 1970) se licenció en Historia del Arte en la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana y desde joven comenzó a publicar relatos. Con apenas veinte años ganó el premio de cuento David, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Siete años más tarde, en 1997, merecería el Premio Casa de las Américas, uno de los galardones más prestigiosos del ámbito hispanoamericano, por su cuaderno de cuentos El derecho al pataleo de los ahorcados, libro que señala su original punto de vista de la realidad y su talento narrativo.

A partir de entonces su obra comenzó a publicarse en varios países de América Latina y en antologías y revistas de España, Estados Unidos, Alemania y Francia. Emigrado inicialmente a Perú se ganó el sustento como columnista del diario El Comercio, de Lima, ciudad en la que también fue profesor de Periodismo en centros de educación superior, antes de instalarse en Madrid en diciembre de 2004. En España su literatura ha sido favorablemente acogida. El Premio Lengua de Trapo de Novela, por su libro La piel de Inesa (1999), le vinculó a la entonces joven editorial, que promovía una narrativa audaz y experimental, desinteresada del mercado. En esta casa, para la que trabajó como especialista, ha publicado Menéndez buena parte de su obra.

Dedicado a la docencia en talleres de creación literaria, como colaborador de disímiles publicaciones periódicas y editor, no ha descuidado su obra narrativa y publica cuentos y novelas con regularidad. Narrador irónico, dinámico, mordaz, creador de atmósferas y alegorías, arriesgado en la elaboración de un discurso difícil, ajeno al coqueteo comercial, Ronaldo destaca en su generación por la original perspectiva de su obra. Su reciente novela Las bestias (Editorial Lengua de Trapo, 2006) tuvo una excelente aceptación por la crítica y los lectores, ya que sin hablar directamente de los problemas de Cuba traza una parábola inspirada en la realidad difícil de la Isla, actualiza el absurdo kafkiano y evidencia dominio de recursos técnicos y una estructuración meticulosa de la trama. Autor interesado en la trascendencia de su obra más allá del contexto caribeño y nacional, en esta novela y en la totalidad de sus cuentos destaca el énfasis en la exploración de la condición humana, sin que importe especialmente el ambiente en que se debaten los personajes.

Su obra narrativa demuestra el cambio en la literatura cubana surgida de la última década del siglo xx, crecimiento del que resulta paradigmático su volumen de cuentos De modo que esto es la muerte (Madrid, 2002). Superando las perspectivas nostálgicas o costumbristas, sin que la Isla y su drama desaparezcan como trasfondo o inspiración para los conflictos y obsesiones, el escritor se erige vocero de una realidad enajenada. Ronaldo Menéndez, crítico y creador, explicó con acierto la metamorfosis de su obra, que evolucionó «del realismo de época, crudo y directo, a la elaboración de una realidad autónoma y universal». Testimonia el autor: «Comencé escribiendo sobre el mundo físico, cotidiano; ahora prefiero sobredimensionar lo físico hacia lo metafísico. O hacia dentro de mí, que quizá es lo mismo: emprender un perpetuo safari por mis monstruos y obsesiones».

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