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Viernes, 12 de junio de 2009
LITERATURA
Jesús Castellanos y sus alegorías narrativas
Por Luis Rafael
Jesús Castellanos (La Habana, 1879-1912) fue uno de los intelectuales de Cuba que más sobresalieron en los primeros años de la República (1902-1959). Participó en la fundación de la Academia Nacional de Artes y Letras y de la Sociedad de Conferencias; publicó artículos, cuentos, novelas y ensayos; hizo presentaciones públicas sobresalientes. En 1908 resultó premiada su novela La conjura en los Juegos Florales organizados por el Ateneo de La Habana. Su fallecimiento prematuro, a los 33 años, representó una notable pérdida para las letras y la cultura cubanas.
Sin embargo, al morir dejaba Castellanos una huella trascendente en la narrativa de la Isla. Si bien sus ficciones no rompen con la tradición del realismo positivista, ahondan en los conflictos humanos y proyectan al futuro sus inquietudes artísticas y humanistas. El escritor, que también incursionó en la política y no fue ajeno a los desafueros de su época, expone ya en la primera década del siglo temas que serán recurrentes en la literatura cubana de todo el xx, particularmente en sus libros de cuentos: De tierra adentro (La Habana, 1906); La manigua sentimental (La Habana, 1915); El cuento semanal (Madrid, 1915 y 1916); y en la novela La conjura (La Habana, 1909).
A tono con los hallazgos de la mejor literatura universal de su época, este autor en general demuestra un notable oficio. Ahora bien, por el abordaje de asuntos sociales y temáticas relacionadas con sus ideas éticas y estéticas, sus relatos demuestran su deuda con el realismo y el naturalismo. El ensayista y profesor Salvador Bueno, señaló al respecto: «Leyendo sus cuentos notamos sus vinculaciones con Maupassant, Anatole France y Eca de Queiroz. Jesús Castellanos es el primer narrador cubano que se libra del realismo español decimonónico». Por su parte, José Antonio Portuondo ha insistido en que «fue el primero en advertir la rica cantera de motivos literarios que ofrece el vivir de los humildes, iniciando con ello, en su temática, el desarrollo de los períodos siguientes del proceso del cuento en Cuba».
Castellanos aprovecha sus conocimientos pictóricos y vocación plástica para aportar a sus obras descripciones de gran precisión y frescura, valiosas para la elaboración de atmósferas y situaciones que enriquecen su prosa y aportan realismo a sus escenas. Si bien se ocupó de temáticas costumbristas, logra trascender el marco nacional con historias de fuerte dramatismo y valores imperecederos. Su antológico relato «La agonía de la garza», a pesar de presentar una estructura sencilla, es considerado con razón como el mejor de sus cuentos por el acertado desarrollo del conflicto, la intensidad del argumento y su trascendencia.
Jesús Castellanos formó parte de una generación de intelectuales que sentía la frustración de sus sueños de desarrollo social y cultural en medio de la corrupción política de la República fundada en 1902. Por esto y por el valor simbólico de varias alusiones y situaciones que pueden advertirse en su narrativa, la crítica ha señalado las connotaciones simbólicas que presenta. Las «agonías» que describe no son solo de sus personajes y seres condenados a la fatalidad, sino también de una sociedad que el autor alegoriza espléndidamente.
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lunes, 13 de julio de 2009
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